domingo, 17 de febrero de 2008


(Parte II, sin parte I)

Ahora aparece una tercera persona por detrás de él abrazando el cuerpo tieso con un halo helado haciéndolo temblar. El cuerpo cae. El frío de la habitación lo acompaña en la caída sin dejar de abrazarlo.
Así el sueño y el cansancio se apoderan de él dejando que sus párpados se aflojen y caiga en un sueño profundo.
La habitación sigue oscura.
No sé que fue de las otras dos personas; si escaparon por la rendija por donde entra la luz o si se desvanecieron en la caída.



(foto: Nick drake)


Y es ella, con su suave manto y delicada caricia
cubriendo la inmensidad de la nada,
viniendo a devastarlo todo,
TODO.
Sin excepciones.
Tragándose la vida,
tragándose el mundo
y hasta la mismísima NADA.


(foto: Edward Steichen)